Cuando hablamos de un activo nos referimos a algo que posee valor o tiene la capacidad de producir ingresos. Así, los activos financieros hacen referencia a los documentos emitidos por una empresa o institución privada o pública. El objetivo de estos títulos es que le generen un rendimiento a su comprador o propietario. Aunque parezca sencillo, dicho concepto cuenta con varias características y clasificaciones, a continuación te contamos sobre ellas. O, conviértete en un experto del tema con nuestro Máster en Gestión Financiera. ¡No te lo pierdas!

¿Cuáles son los activos financieros y los pasivos financieros?

Como ya mencionamos, los activos financieros son anotaciones o títulos contables que ofrecen al comprador la oportunidad de tener un ingreso futuro. Sin embargo, para el emisor es un pasivo que representa una obligación económica con quien obtiene el activo. Por lo que espera recibir un retorno por la inversión hecha.  Es decir, un pasivo financiero es la deuda o compromiso de pago en un plazo o tiempo exigible determinado. Este puede ser en el corto, medio y largo plazo.

Características de un activo financiero

Las principales características que distinguen a los activos dentro de la gestión financiera son tres. A continuación te las mostramos.

  • Liquidez. Esta capacidad cambia el activo en dinero sin padecer pérdidas. Después del dinero como activo más líquido están los depósitos, bonos, fondos públicos y obligaciones.
  • Riesgo. Dicho aspecto lo establecen los parámetros y la solvencia que ofrece el vendedor. Por lo tanto, mientras más se comprometa el vendedor habrá una menor rentabilidad del activo.
  • Rentabilidad. Por aceptar el riesgo de la cesión de su dinero, el comprador recibe un interés. Cuanto más alto, la rentabilidad del activo será mejor.

¿Cómo se clasifican los activos financieros?

Un activo financiero se clasifica según si es de renta fija o de renta variable. Por ejemplo: los activos de renta fija son los que emiten administraciones públicas o empresas. Además, son los que tienen un menor riesgo, ya que cuentan con un gran respaldo financiero. Las entidades que los emiten se comprometen a regresar el capital invertido después de un tiempo establecido y una rentabilidad. Entre ellos están las letras del tesoro o los pagarés de empresas.

Si pensamos en las rentas variables, ni la rentabilidad, ni la recuperación del capital invertido están garantizados. Todo dependerá del balance de resultados de la entidad que vende el activo o la situación económica del mercado donde se opera. Aquí entran las acciones.

Plazo de vencimiento

Los activos también se pueden clasificar según su plazo de vencimiento. Así, se dividen entre los de corto plazo y los que son de largo plazo. ¿Qué significa esto?

  • Los activos monetarios que son a corto plazo hacen referencia al contrato. Este se amortizará en un plazo o período de tiempo corto, que generalmente es menos de un año. Igualmente, suelen brindar rentabilidades bajas.
  • Los activos a mediano y largo plazo se refieren a los activos que tienen una duración superior a doce meses. Estos presentan más riesgos por la posibilidad de fluctuación del valor al ampliar su plazo de vigencia.

Algo a destacar es que los activos forman parte de nuestra economía. Recuerda que se utilizan para diversas operaciones y transacciones económicas. Así, tanto privados como públicos, también tienen mercados donde se pueden negociar. Y en donde sus compradores originales pueden venderlos, o intentar hacerlo, como la bolsa y otros mercados.